En los medios de comunicación, sea periódicos, televisiones, radios o ámbitos digitales, se suele pedir especialización para ocuparte de los temas económicos, e incluso deportivos. Es lógico, puesto que si tratas un tema en concreto, lo normal sería que supieses de qué hablas. Sin embargo, en unos aspectos tan influyentes en la sociedad como son los sucesos, esa especialización no ocurre.

Estudié periodismo y, aunque acabé la carrera hace seis años, llevo más de diez trabajando en distintos ámbitos de la comunicación. Desde esa perspectiva, lo que comento se ve muy claro. Los periodistas dan (damos) noticias sobre temas tan polémicos y sensibles como son, muchas veces, los que tienen que ver con la criminología, con las fuerzas de seguridad, con crímenes, con violencia, y lo hacemos sin formación concreta, más allá de las habilidades de cada uno como periodista y comunicador. A diario hay quien se echa las manos a la cabeza por falta de rigor o, incluso simplemente, de sensibilidad a la hora de dar una noticia o tratar un tema. Pero no es tal falta de rigor, sino falta de formación. Y es algo que, hasta hace poco, ni siquiera se planteaba, pero que con la evolución de nuestra sociedad y, sobre todo, de las nuevas tecnologías y la difusión que proporcionan a cualquier información, se está haciendo cada vez más necesario.

Debo puntualizar que la criminología es un ámbito que siempre me llamó la atención, incluso estuve a punto de hacer la carrera, pero al final me decanté por el periodismo. Con esa espinita clavada (y con ganas de quitármela de encima) y con la conciencia de que en mi campo laboral hacía falta más formación en ese sentido, decidí embarcarme en el Máster en Análisis y Prevención del Crimen del Centro CRIMINA. Y no me ha decepcionado. Con estos estudios, he logrado una formación muy importante sobre cómo tratar esa información y, si antes lo intuía, ahora sé que los periodistas que se ocupan de estos temas deben (deberían) tener una formación adecuada en este campo. La criminología tiene recovecos que son totalmente desconocidos para la mayoría y que dotarían de una sólida base a la información que damos a la sociedad.

Pero no es lo único que ofrece el Máster, claro. Durante un curso, pude conocer aspectos que son muy interesantes delas teorías criminológicas y las técnicas de prevención del crimen, algo que puede sonar muy fuerte pero que es muy sencillo de ver en la práctica y aplicar a situaciones reales. Los contenidos son amplios pero necesarios y muy completos. Son aspectos que pueden parecer alejados de la comunicación, pero no por ello dejan de ser ni menos interesantes, ni menos importantes.

Si los compañeros de profesión me preguntan, les diré que estoy más que convencida de que el Máster ofrece una formación suficiente para enfrentarse a los temas criminológicos y hacer una buena comunicación.

Y la prueba de que me enganchó es que, tras finalizar, comencé a realizar el Doctorado con el Centro Crímina,dentro del Programa Interuniversitario de Doctorado en Criminología, con la intención de ahondar más en estos aspectos y poder aportar mi granito de arena a la investigación criminológica, que considero tan necesaria hoy en día.

 Autora: Amelia Pomares (exalumna del Máster en Análisis y Prevención del Crimen y doctorando del centro Crímina)